Hasta la próxima
HISTORIAS DESTACADAS
Mi nieto, Neill, fue diagnosticado a los tres años con leucemia. Esto pasó después de que su madre notó petequias mientras lo vestía con su disfraz de Halloween. Su pediatra lo envió inmediatamente al Hospital Mott (Universidad de Michigan-Ann Arbor). Estuvo bajo un tratamiento muy fuerte hasta que se fue al cielo en el año 2010. Luchó valientemente y me rompió el corazón verlo en Mott más de lo que estaba en casa.
Sus padres se alojaron cerca de él y a otros miembros de la familia se les prohibió verlo debido a los protocolos de control de infecciones. Esto fue justo antes de la aparición de las redes sociales y la capacidad de hacer llamadas de video. Sin embargo, el maestro de escuela pública de 1er grado de Neill pudo configurar el aprendizaje remoto para que pudiera continuar aprendiendo y socializando con sus compañeros de clase. Siempre optimista, trató de mantenerse al día con sus estudios, incluso cuando estaba fatigoso debido a la quimioterapia. Después de varias recaídas, se realizó un trasplante de células madre que no tuvo éxito.
El personal de Mott amaba a Neill y en 2006, literalmente se convirtió en la cara de la campaña de recaudación de fondos navideños ‘Días de Etiquetas’ de la Sociedad Médica Galens de la Escuela de Medicina de la Universidad de Michigan. Muy rara vez, pude visitarlo en Mott y solamente si estaba parada fuera de la cámara de control de infecciones. Mi alegría vino al quedarme con el hermano pequeño de Neill, Ian. Estuve allí para los primeros pasos, primeras palabras, etc.
Neill luchó valientemente durante siete años mientras los médicos de Mott intentaban todos los tratamientos concebibles y disponibles para salvar su vida tan joven. Pero el Señor lo quería más que yo. Se fue al cielo a los diez años. ¿Cómo pudo el Señor permitir la muerte de un joven con tal promesa? Alguien que sabía de su muerte inminente, dijo que él tenía su "cara feliz". Me dolía el corazón. Su servicio funerario fue programado poco después, en sábado.
Llevo mucho tiempo sirviendo en mi llamado del ministerio de Ministros Extraordinarios de la Sagrada Comunión. He sido comisionada en varias diócesis de Michigan en los últimos 16 años más o menos: Saginaw, Gaylord, Lansing y Detroit. Mi ministerio incluye la Misa, ir a los confinados en casa y a aquellos en centros de atención residencial (CCRC, hogar de ancianos, cuidado de la memoria, centro de rehabilitación, centro de vida asistida, etc.) Por lo general, trato de llevar conmigo el boletín parroquial actual y rara vez se rechaza cuando lo ofrezco. Es una gran herramienta de evangelización. La gente tiene hambre de la Eucaristía y hambre de compañía de adultos. Mis visitas pueden ser cortas o largas, dependiendo de la dirección del Espíritu.
Estaba programada para servir en el ministerio al día siguiente del servicio de Neill. Las lágrimas brotaron de mis ojos durante la Misa, y apenas pude ahogar las palabras de las respuestas. Me preguntaba cómo iba a poder servir. Los feligreses en la banca de al lado se ofrecieron a sustituirme, porque sabían del servicio de Neill el día anterior y fueron testigos de mi conflicto tan evidente. Sentí que el Señor me pedía que siguiera adelante.
Me habían enseñado a ser muy intencional y decidida cuando ofrecía el Cuerpo de Cristo a los comulgantes; mirarlos directamente a los ojos; tocar sus manos mientras colocaba allí el Cuerpo del Señor; y hablar/proclamar las palabras, 'El Cuerpo de Cristo' sin timidez y así lo hice. La fila era larga en mi estación de distribución. Mi cara estaba húmeda por mis lágrimas.
Mi voz se quebró cuando ofrecí al Señor a los primeros comulgantes. Pero se hizo más fuerte cuando miré a los ojos de cada comulgante y vi su fe. Tenía una ventana a su alma, y esto reafirmó la presencia de Dios conmigo. No me había abandonado en mi dolor y tristeza por la muerte de Neill.
Me acercó tanto a Él al permitirme la capacidad del momento privilegiado de tocar repetidamente su propio cuerpo en la Eucaristía. Me rodeó con sus brazos y consoló mi corazón roto. ¡Jesucristo está verdaderamente presente en la Eucaristía!
Hasta la próxima
VIVE LA EXPERIENCIA
Jesús está realmente presente. Jesús siempre está contigo. Siéntate en su presencia y ábrete a su voz.