Hasta la próxima
HISTORIAS DESTACADAS
Cuando estaba creciendo, mi madre se aseguró de que mis hermanos y yo conociéramos a Jesús. Asistíamos a diferentes iglesias. Teníamos una iglesia a la que íbamos más a menudo que otras y había visto a lo que le ahí le llamaban "cosas santas", donde la gente gritaba y gritaba y saltaba arriba y abajo.
Y he escuchado coros realmente maravillosos. Pero nunca en ninguno de esos lugares sentí la presencia del Señor.
Hace algunos años, un amigo me invitó a asistir al Vía Crucis. Inmediatamente cuando entré por la puerta de la parroquia dije: 'Oh, Dios mío, Él está aquí. Su presencia está aquí".
Estábamos caminando a lo largo de las estaciones, realmente caminando con Jesús y a través de la Pasión. Era algo que nunca había experimentado en ninguna de las iglesias que visité. Supe inmediatamente que algo era diferente en la parroquia.
Continué yendo a misa durante mucho tiempo con mi amigo, y entré en la Iglesia hace seis años. Me confirmaron la misma semana en que mi hijo fue bautizado. Hace dos años, mi esposo también ingresó a la Iglesia, en parte debido a las oraciones incesantes de mi hijo. Así yo y finalmente mi familia pasamos por las Estaciones de la Cruz y sabemos que Él está allí en la Eucaristía.
La Eucaristía es todo para mí, ya que es donde encuentro la mayor paz.
Sé que Él escucha. Sé que esto va a sonar loco, pero en el último mes, estaba en una parroquia donde la adoración se lleva a cabo todo el día el viernes. Así que después de terminar de trabajar, a veces simplemente voy allí. Así que estaba sentada ahí recientemente y, no sé por qué hice esto egoísta, pero había bastantes personas allí y dije: "Yo solo quiero sentarme aquí sola contigo". En tres minutos todos se habían ido. Me quedé impresionada. Fue algo extraño pero hermoso. Él escucha y responde.
Antes solía ir ante el Santísimo Sacramento con oraciones impresas. Ahora, lo miro y escucho, y eso ha sido muy, muy poderoso.
Durante la adoración, experimento una gran paz. Siento que puedo sentarme frente al Santísimo Sacramento y simplemente descansar. Sentarme frente al Santísimo Sacramento me brinda la oportunidad de hablar con Jesús y dejar el caos del mundo afuera. Me encuentro con Jesús de una manera verdadera. Hablo con Él y Él me habla, y como dijo un Santo acerca de un feligrés de hace mucho tiempo: "Él me mira y yo lo miro a Él". Me encanta la intimidad de la comunión con el Señor a través de la Eucaristía.
¡Me encanta la paz de la adoración y la oración con El que está con nosotros en cada parroquia del mundo!
Hasta la próxima
VIVE LA EXPERIENCIA
Jesús está realmente presente. Jesús siempre está contigo. Siéntate en su presencia y ábrete a su voz.