En 2020 cuando comenzó el Coronavirus, me sentía muy triste, deprimida y vacía. Había dejado de trabajar como muchos. Estuve enferma, el doctor me dijo que tenía el corazón grande, es una enfermedad genética que viene de mi familia. Me recomendaron que bajara de peso. Fui con una terapista, pero no me ayudó, aumentaba mi ansiedad y subía de peso. En ese tiempo comencé a escuchar platicas de sacerdotes en línea e hice una novena de oración y consagración a la Virgen Maria. Así conocí un grupo católico misionero y espiritual llamado Ruah. Esta forma de espiritualidad me llevó a la Adoración Eucarística en línea y misa diaria durante la pandemia. Comencé a querer ayunar, durante el ayuno, daba un poco de sacrifico por amor y crecí en mi fe. Esto incluía Eucaristía diariamente, misa o Adoración y devociones. El padre Jacob de la parroquia de St. Damián me había recomendado que fuera a Adoración Eucarística y practicara el ayuno, lo que me quitó toda la ansiedad y tristeza. Aprendí mucho de mí misma. Llevo mi vida normal, trabajando, orando y Jesús obrando. Sin así buscarlo bajé 60 libras, me considero mejor persona, más tranquila y sana. Trabajo en una escuela, me dejan ir a misa diaria, todo ha funcionado bien. Además, mis hijos adolescentes están rodeados de gente buena.
Experience it for Yourself
Jesus is truly present. Jesus is always with you. Sit in his presence and open yourself up to his voice.