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HISTORIAS DESTACADAS
En julio de 2016, a mi hermana le diagnosticaron cáncer renal en etapa cuatro; básicamente tenía múltiples tumores en el riñón derecho, uno de ellos de 4 pulgadas, y múltiples tumores en sus pulmones, uno de ellos de 8 pulgadas. Su pronóstico era malo, generalmente menos de un año de vida con todo y tratamiento. En septiembre de 2016, comenzó un tratamiento de inmunoterapia. Aun así, tenía un mal pronóstico.
En diciembre de 2018, tuvo un infarto masivo. Ya no respondía. Dado que el medicamento contra el cáncer estaba implicado en el infarto, le quitamos el medicamento y la pusimos en cuidados paliativos. Suspendimos todos los tratamientos contra el cáncer. Y solo la manteníamos cómoda.
Hasta aquí, ella estaba usando una silla de ruedas y andadera. Su habla se dificultaba mucho.
Era el 7 de mayo de 2022, cuando tuvo otro infarto. Ya no respondía por completo ni podía respirar por sí misma. Su temperatura corporal bajó a 95.6 grados, su respiración era laboriosa alrededor de 30 respiraciones por minuto y su presión arterial estaba disminuyendo. Una enfermera venía cada dos días, ya que esto es lo que hace el cuidado de hospicio cuando "se acerca el momento". El médico de hospicio la evaluó y confirmó que definitivamente había tenido otro infarto. "Se está muriendo", dijo. Lo más probable es que dure menos de una semana. Lloramos. Nos despedimos. Hice arreglos funerarios, e incluso escribí su obituario.
Oramos por ella: la Divina Misericordia, el Rosario y las oraciones de intercesión al Padre Pío y al Beato Solanaus Casey. Fuimos a la adoración en la parroquia de St. John Neumann para orar por una muerte pacífica. El sacerdote entró para administrar la Unción de los Enfermos. Fue una semana insoportablemente dolorosa mientras la preparábamos para su jornada.
—Lynn
Debido a su condición, mi tía no había ido a misa en años. Entonces, le traíamos la Eucaristía en un porta viático. Cuando regresé de la iglesia el 8 de mayo con la Eucaristía, mi madre dijo: 'Ya no puede comer, no puede tragar'. Pero me mantuve firme y le dije: 'ella lo necesita. Permíteme romper un pequeño trozo y ponerlo debajo de su lengua y asegurarme de que pueda disolverse". Y luego sucedió lo mismo el día 15 cuando traje la Eucaristía. Mi mamá dijo: ‘Quizá no’, y yo dije: ‘solo un pedacito pequeño. Ella lo necesita’.
—Meredith
La admitieron. Y, hicieron pruebas, ¡que si le hicieron pruebas! Análisis de sangre, tomografías computarizadas del cerebro, el pecho y la pelvis. Cuando me reuní con el equipo médico, me dijeron que no había cáncer. Ni rastros de infarto. Y, mi hermana, que antes no respiraba sola, no respondía, no caminaba, ahora respiraba sin oxígeno, usaba la andadera para ir al baño y hablaba, reía y bromeaba. Yo estaba boquiabierta. Ni siquiera podía yo estar feliz porque esto NO TENÍA SENTIDO. ¿Cómo sin tratamiento, está "bien" y como antes estaba? Le pregunté al equipo médico para qué la estaban tratando, y dijeron por disartria, que básicamente significa dificultad para hablar y por una infección, probablemente una infección urinaria. Mi hermana no tenía memoria del tiempo durante el cual se estaba 'muriendo', cuando no podía moverse, hablar o respirar.
—Lynn
En cuestión de días, ella dio un giro. Un giro brusco e increíble. Mi prima, que es enfermera, estaba ayudando con mi tía, y dijo: 'Yo sé lo que es cuando alguien esta muriendo, veo morir todos los días, y ella estaba MURIENDO. No puedo comprender esto en mi cerebro". Fue emotivo. ¿Cómo le explicas a tus amigos sin sonar como el niño que gritaba falsamente “¡lobo, lobo!”, o peor aún, sin sonar como si estuvieras loca?
—Meredith
Hasta la próxima
VIVE LA EXPERIENCIA
Jesús está realmente presente. Jesús siempre está contigo. Siéntate en su presencia y ábrete a su voz.