Hasta la próxima
HISTORIAS DESTACADAS
Al venir al Señor en adoración, me encanta que tengo experiencias en todos los estados emocionales de mi vida.
Recuerdo haber ido a Adoración después de haber terminado con un novio con el que pensé que iba a durar. Fue mi primera relación centrada en Cristo que se volvió seria en poco tiempo. Tenía muchas expectativas, esperanzas y teníamos un propósito, además pensando que debido a que conocí a alguien que amaba al Señor, significaba que conduciría al matrimonio. Según yo confiaba en que escuchaba la voz de Dios en mi vida, y cuando no funcionó, me sentí confundida y decepcionada.
Creo que literalmente dejé una abolladura con mi frente en el reclinatorio, porque mi cabeza se sentía muy pesada, pero fui porque sabía que Jesús era el único que me podía entender. Salí de la capilla con la sensación de saber en lo profundo de mi corazón, que no solo vio Jesús mi dolor y decepción, sino que me encontró ahí, y se ofreció como mi lugar de descanso.
También he llegado a Adoración con una sonrisa ancha y radiante, emocionada de agradecerle por algo que él ya sabe, como cuando había estado pasando tiempo con el Señor a lo largo de mi discernimiento para mudarme a Detroit. Me estaba mudando de un apartamento de un cuarto, a alquilar una habitación en una casa, y lo único que realmente me entristecía, era separarme era de mi lavadora portátil. Guardé estos pensamientos en mi corazón, y me encontré con ¡una lavadora y secadora de tamaño regular en el armario de mi nueva habitación! Ese fue un momento en el que le agradecí por hablarle a mi corazón de una manera que solo yo entendería.
Hay momentos en que simplemente aparezco ahí, sin saber de qué manera me puede ayudar, y lo dejo en sus manos porque eso es lo que solo él puede hacer.
No sé cómo explicarlo, más que decir que soy de una manera antes de ir a su encuentro, y me transformo después del encuentro. Hay un cambio en mi corazón, ya sea descargando algún tipo de carga, o sintiendo que después de pasar un tiempo alegre con un buen amigo, él ha llenado mi copa. Puede que mis circunstancias no cambien después, pero de alguna manera las toma y responde de una manera que tiene sentido para mí.
Hasta la próxima
VIVE LA EXPERIENCIA
Jesús está realmente presente. Jesús siempre está contigo. Siéntate en su presencia y ábrete a su voz.