Hasta la próxima
HISTORIAS DESTACADAS
Nací y crecí en el área de Detroit. Fui a escuelas católicas desde Kinder a Preparatoria, y luego mi esposo y yo nos conocimos en la universidad de Michigan State. Ambos tuvimos que hacer un año mas de posgrado profesional, yo para enseñar, él para contabilidad, así que nos casamos y luego pensamos: 'Vamos a mudarnos a Texas para esta aventura'.
Teníamos todo listo. El sabía en qué compañía iba a trabajar en Austin. Todo lo teníamos planeado, y en eso descubrimos que estaba embarazada, lo cual fue una gran sorpresa porque solo llevábamos casados seis meses y no era nuestra intención quedar embarazada tan rápido.
Tuve mi bebé y nos mudamos a Austin, Texas. La bebé tenía dos meses cuando nos mudamos y va a cumplir nueve años este verano. No conocía a nadie en Texas, y solo quería hacer amigos. Así que pensé: '¿En dónde, como ama de casa, que no conoce a nadie, con un bebé de dos meses, voy a hacer amigos?' Eso fue como, ‘¡Oh sí, las mujeres católicas!’
En este tiempo tenía un pie dentro y un pie fuera de la puerta. No estaba involucrada en mi fe en ese momento de mi vida. Pero también pensé: 'Bueno, aquí es donde voy a hacer amigos'.
Encontré una iglesia que tenía una escuela porque pensaba, '¡Oh, familias jóvenes!' Fuimos a misa y descubrimos que tenían un evento por venir: un mini retiro para mujeres. Y lo que fue tan llamativo para mí fue que decía: 'Los bebés lactantes son bienvenidos'. Así que pensé: 'Bueno, no hay excusa para no ir'.
Así que fui y vi a todas estas mujeres jóvenes. Todas se veían en sus veintes y treintas años y tan hermosas, tan felices de pasar tiempo con Jesús. Ni siquiera sabía lo que pasaría esa noche. Y entramos en la capilla y terminó siendo una velada de Adoración Eucarística y hubo un testimonio.
Y crecí católica. Fui a la escuela católica y sabía lo que era la Eucaristía, pero no tenía ese gran sentido de saber que realmente es Jesús. Tenía esta duda, a pesar del hecho de que estaba bastante sumergida en la teología católica y las enseñanzas católicas sobre la Eucaristía, durante 13 años consecutivos, ¿Si?
Estando arrodillada allí y sosteniendo a mi bebé de dos meses y mirando a mi alrededor a estas mujeres que se veían resplandecientes. Obviamente estaban bebiendo del Espíritu Santo. Y estaba mirando hacia la Eucaristía y pensando: 'Todas estas mujeres creen que esto es real'.
Solo quería tener la fe que tenían estas hermosas mujeres a mi alrededor. La forma en que estaban derramando su amor a Él en la Eucaristía, eso fue tan inspirador para mí.
Yo quería tanto poder creer que la Eucaristía era Jesús. En realidad, quería creer. Así que verdaderamente me dirigí a María. Siendo una mamá nueva con un nuevo bebé, evidentemente me sentía sola. Comencé a rezar el Rosario; Encontré la estación de radio católica local, que era ‘Relevant Radio’, y rezaban el Rosario diariamente.
Eventualmente, terminé rezando una novena a Nuestra Señora Desatadora de Nudos y mi petición fue: 'Por favor, ayúdame a creer que la Eucaristía es real'.
En algún momento después de rezar esa novena, tuve un día extraño en el ya había terminado con todos mis quehaceres en casa. Había terminado de lavar la ropa, la ropa estaba guardada, la cena estaba en la olla, el bebé estaba durmiendo. Y pensé, 'Voy a tomar una siesta'. Me acosté y fue el sueño más tranquilo que he tenido.
Me quedé dormida y mientras dormía, tuve este sueño, pero no solo un sueño. Vi que en la oscuridad había un simple altar de piedra tallada. Y sobre el había una custodia. La custodia era solo de oro, no había gemas ni nada en ella. Todavía estoy buscando esta custodia en la vida real. Nunca la he visto.
Y luego sobre la custodia y bajando frente a ella, pero sin quitar el hecho de que la Eucaristía estaba allí, estaba una tela azul. Era extraño porque no quitaba al hecho de que la custodia estaba al centro y al frente. Podía verla, pero también sabía que había esta tela azul frente a la custodia.
Y me desperté y pensé: 'Está bien, eso es todo. Gracias'. Y más tarde, al hablar con un sacerdote al respecto y tratar de desempacarlo, comencé a aprender cosas. Aprendí que María es el tabernáculo y uno de mis títulos favoritos es María Madre de la Eucaristía. Eso es lo que estaba yo viendo, creo: le pedí que me mostrara, y ella me mostró de una manera que resonó conmigo.
Sé que los sueños son algo curiosos, pero eso era lo que necesitaba. Empecé a ir a Adoración regularmente. En ese tiempo tuve dos abortos espontáneos y sin saber qué más hacer, seguí volviendo a Adoración. Y así se convirtió en el lugar al que voy cuando necesito consuelo, incluso cuando nada tiene sentido e hasta cuando estoy enojada.
Hoy en día, voy a Misa con mis cuatro niños, así que la mayor parte del tiempo estoy persiguiendo a un niño pequeño, pero a veces Dios se abre paso y me da ese abrazo directamente al corazón, como si estuviera diciendo: 'Estoy aquí, te amo y te estoy agarrando en mis brazos'.
Me encanta recibir la Eucaristía y he tenido muchos momentos realmente fuertes en Adoración, donde siento que escucho al Señor hablándome. Y he tenido muchas experiencias verdaderamente intensas en la Misa donde siento que estoy rezando una oración que ni siquiera son palabras.
Acabo de darme cuenta de que si la Eucaristía no es verdadera, nada es verdad. Pero si la Eucaristía es verdadera, todo lo demás es verdad. Y entonces, tener ese entendimiento significa que creeré y absolutamente me levantaré y la defenderé si es necesario.
Hasta la próxima
VIVE LA EXPERIENCIA
Jesús está realmente presente. Jesús siempre está contigo. Siéntate en su presencia y ábrete a su voz.